El gobierno de USA puede suspender sus actividades esta semana si los Demócratas y los Republicanos no se ponen de acuerdo respecto del presupuesto del corriente ejercicio fiscal (no se trata de un cierre total, los servicios esenciales funcionarían). Ésta podría ser la primera y más simple medida de índole fiscal que se tome a comienzos de una larga serie de decisiones y debates que recién comienza. Aumentar el límite de la deuda del gobierno federal podría ser el próximo paso. El problema real es la estrategia a seguir en el mediano plazo y cómo re-encausar la solvencia fiscal.

Los mercados parecen no estar tan asustados por esto pues todos saben que es parte de negociaciones políticas, y que las actividades del gobierno de USA pronto volverían a la normalidad. La experiencia de 1995-1996, cuando el Republicano Newt Gingrich quiso aprovechar la victoria en las elecciones legislativas en mitad del gobierno de Bill Clinton para presionarlo de la misma forma, ha servido como ejemplo del daño que puede causar sobre la credibilidad y reputación de los políticos, mostrando que una suspensión no puede durar mucho.

No creemos que una suspensión de las actividades sea un problema serio, si bien tampoco es algo que ayuda a la recuperación económica. La experiencia de 1995/1996 fue con una economía más robusta. El cierre de actividades sería un evento que atrae la atención del público en general, si bien `Wall Street’ espera este conflicto hace meses. Esta negociación no parece haber afectado decisiones macroeconómicas importantes aún, pero un evento tan visible como éste podría empezar a hacerlo si dura más que algunos días. Sin embargo, no creemos que la suspensión de actividades, de efectivamente llevarse a cabo, dure mucho, lo que explica por qué no hemos cambiado nuestra visión de mediano plazo.

Los debates importantes a tener en cuento son sobre la situación fiscal en general, y la sustentabilidad de USA a lo largo del tiempo. Estamos convencidos que USA tiene que producir una fuerte señal de ajuste. En momentos donde la sustentabilidad fiscal está en juego, no estamos de acuerdo con que un ajuste fiscal erosione el crecimiento. Inglaterra y otros países europeos están en proceso de mostrar este argumento (otros muy probablemente van a reestructurar pues los ajustes fiscales no son suficientes para encarrillar las economías a niveles sustentables). Como ya hemos mencionado en reiteradas oportunidades, USA tiene mayor flexibilidad dado su tamaño, credibilidad, y que su moneda es usada en todo el mundo como reserva de valor. Sin embargo, el déficit fiscal es muy alto e insostenible en el tiempo. El debate está instalado y hay pocos, pero muy interesantes y detalladas propuestas en carpeta (Simpson-Bowles, Ryan, etc.). Por ende, el posible cierre del gobierno federal es más bien un símbolo que un hito importante en el debate sobre la solvencia fiscal de mediano plazo. El posible cierre de actividades no significa que todo está perdido, ni tampoco descarrila a la economía de USA. Es un elemento de negociación política. Una vez superado el presupuesto del año en curso (termina el 30 de Sept.), el debate que sigue y las acciones y señales al respecto son factores determinantes con respecto al panorama fiscal de mediano plazo.

Creemos que una fuerte y creíble señal es suficiente para reducir las chances que USA enfrente verdaderos síntomas de una crisis crediticia. No vemos que vaya a ocurrir nada en el corto plazo, especialmente mientras que la recuperación mundial esté tomando cada vez más impulso. Pero si las tasas de interés continúan subiendo, o si el crecimiento se ameseta, los síntomas pueden empezar a aparecer. Ya hemos visto algo que se parece a un posible síntoma, la depreciación del dólar, pero que también se puede deber a la política monetaria empleada, por lo cual no es evidente que estemos camino a una crisis crediticia aún.

En conclusión, una suspensión de actividades del gobierno federal no va a pasar desapercibido, y seguramente va a tener sus consecuencias, pero no es algo de suma importancia. Lo que debemos mantener en nuestro radar es el desarrollo de un debate que logre enviar una señal clara al mercado sobre la sustentabilidad fiscal del gobierno, para reducir la probabilidad de una todavía más rápida depreciación del dólar y que sea más difícil conseguir financiamiento a tasas bajas. Una suspensión de actividades es parte de la negociación. Lo importante son las acciones hacia una señal clara, y mucho todavía no se ha producido en este sentido. Mantenemos la esperanza.

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