Con la implementación de blanqueos o amnistías impositivas en la gran mayoría de los países de América Latina, la consideración de retornos después de impuestos ya es una necesidad abarcativa. Los alcances de los nuevos sistemas de intercambio de información (como el Common Reporting Standards, CRS), que han llevado al éxito de los blanqueos, son fenómenos muy discutidos y conocidos. Lo que no es tan discutido y analizado es el consiguiente cambio en reglas impositivas, que al menos en el caso de Argentina, generan a partir del 2018 fuertes implicancias para el portafolio promedio. En otras palabras, en la dimensión impuestos ha habido dos fenómenos, las amnistías muy exitosas por un lado, y por el otro, cambio de reglas con fuerte impacto en las costumbres de asignación de inversiones.

Antes de entrar en las implicancias de la reciente reforma impositiva en Argentina sobre los portafolios, hay otro fenómeno muy importante para incorporar. El sesgo local en las inversiones, o ‘home bias’, es un fenómeno natural. Los latinoamericanos invierten mucho en la región, los asiáticos en su región, y en centro américa lo hacen en su región principalmente. El ‘home bias’ está muy estudiado y es hasta esperable y comprensible.

Antes de la reforma impositiva en Argentina, el ‘home bias’ nacional no sólo era natural, sino que era rentable, dadas las exenciones impositivas para los bonos emitidos por gobiernos nacionales o provinciales, etc. Desde la reforma impositiva hecha ley a fines del 2017 el ‘home bias’ ya no es rentable (sólo queda la distorsión en el impuesto a los bienes personales). Por ende, lo que siempre fue inconsistente con la correcta diversificación de riesgos, pero se hacía por los beneficios impositivos, ha perdido tales beneficios (casi totalmente). Hoy en día, los ahorros externos, estén o no invertidos en activos argentinos, tienen el mismo tratamiento impositivo (excepto activos denominados en pesos). No somos contadores, ni damos asesoramiento impositivo, pero dada nuestra lectura de la reforma impositiva, el portafolio del argentino con ahorros en el exterior debería reconsiderar el ‘home bias’. Antes tenía cierto sentido económico, a pesar de no tener mucho sentido financiero (dada la poca diversificación). Hoy ha perdido la mayoría de las ventajas.

Las amnistías impositivas están acostumbrando a los inversores a considerar retornos después de impuestos. Al hacerlo es importante informarse sobre las leyes impositivas que se aplican en el momento. Al menos en el caso de Argentina han cambiado radicalmente a partir del 2018. Por ende, hoy en día un portafolio con un fuerte sesgo a bonos argentinos no sólo sigue sufriendo de una muy pobre diversificación de riesgo, sino que ahora ya no goza de casi ningún beneficio impositivo. Gracias a la reforma impositiva aprobada a fin del 2017, la diversificación de riesgo fuera de la Argentina y de la región pasa a ser casi el único ‘free lunch’ a conseguir, dado que uno puede mejorar la calidad de un portafolio sin perder nada a cambio (mayor diversificación, mismo impacto fiscal).

Si a todo lo anterior le sumamos conceptos de valuación, tiene aun más sentido diversificar los portafolios, especialmente las asignaciones de deuda. El riesgo argentino ha hecho ya gran parte de su ajuste hacia niveles de sus pares en la región. Lo que hace años era un alto retorno o renta como resultado de un modelo económico a contramano, hoy ya no lo es más, y el riesgo país ha caído para reflejarlo. Por ende, el comprensible y natural sesgo local (o ‘home bias’), ya no tiene el soporte de los beneficios impositivos, ni de los retornos esperados superiores a las alternativas, pero si carga con el peso de una pobre diversificación de riesgo. En otras palabras, es hoy posible diseñar un portafolio con mayores retornos esperados que la deuda argentina, con el mismo impacto impositivo, y un mejor perfil de riesgo dada la diversificación.

Aviso: No somos contadores, ni expertos en impuestos. No damos asesoramiento impositivo. Sólo queremos señalar que los cambios en las leyes impositivas parecen equiparar el tratamiento impositivo de los activos externos, y por ende tener un impacto sobre las decisiones de inversión. Les recomendamos consultar con sus contadores.

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